Tres de Febrero profundiza estrategia contra las amenazas de bomba en escuelas
El intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, se reunió hoy con el fiscal general de San Martín, Marcelo Lapargo, para trabajar de manera conjunta, unificar esfuerzos y avanzar judicialmente contra los responsables de las amenazas en instituciones educativas.
En el encuentro, Valenzuela pidió al fiscal general de San Martín Marcelo Lapargo celeridad y colaboración. Además, solicitó que la investigación se profundice en los colegios Inmaculada Concepción y Padre Elizalde, de Ciudadela, que están siendo especialmente golpeados por las amenazas, y que se concentren todas las causas judiciales en una sola, para tener un análisis más certero de todos los elementos de prueba y determinar si existen patrones comunes de comportamiento que permitan tipificar más fácilmente la comisión de delitos.
Las secretarías de Educación y Seguridad de la Municipalidad de Tres de Febrero trabajan en forma constante y conjunta para identificar a los responsables de las reiteradas amenazas de bomba que atentan contra en normal desarrollo de la actividad educativa en escuelas del distrito. El Intendente afirmó que se avanzará judicialmente contra los responsables ya identificados, o sus padres cuando esos responsables identificados sean menores de edad, mediante una demanda civil y económica equivalente a los gastos que estas falsas alarmas generan al erario público (movimiento de equipos de seguridad, emergencias y Defensa Civil).
Además, la Secretaría de Seguridad trabaja en reducir los tiempos de los operativos que realizan los peritos de explosivos como parte del protocolo en las escuelas para evitar que estudiantes, docentes y directivos pierdan horas de clase y desincentivar las amenazas.
“Es fundamental que estos hechos sean abordados en forma permanente en colegios y familia desde una perspectiva educativa y conversar sobre los valores del cambio cultural que necesitamos”, remarcó Valenzuela. Y concluyó: “Los estudiantes deben saber que con estas actitudes generan un daño muy grande a la comunidad educativa y también a sus propias vidas y la de sus compañeros y compañeras, desvalorizando la mejor oportunidad con que cuentan para construir su futuro, que es la educación».