El Banco Cooperativo de Caseros en primera persona
Recordamos junto con Jorge Teruet, vecino de Tres de Febrero, la historia del banco que llegó a ser de los más grandes antes de desaparecer.
En 1970, Jorge Teruet tenía 25 años. Era un simple vendedor ambulante, hasta que un vecino que trabajaba en la institución como personal de mantenimiento le presentó al director inmobiliario y vicepresidente, de apellido Herrera, para que él pueda trabajar ahí. A partir de entonces pudo desempeñarse como servicio de maestranza durante dos años. “Trabajé horas extras casi todos los días y trasladaba las bolsas de dinero en una camioneta Ford 600 Pick Up, hasta el Banco Central Argentino”, contó.
El Banco Cooperativo de Caseros estaba en un momento de expansión económica y abría nuevas sucursales en distintas zonas. Hasta que en 1974 se creó la sesión Clearing y el gerente de apellido Sáenz nombró a Jorge como jefe y encargado del Clearing. El trabajo consistía en ir a buscar los cheques, traerlos a casa matriz y de ahí llevarlos al Banco Central.
Tiempo más tarde, pasó a ser chofer de Alfredo Ferro, presidente del Banco Cooperativo, con quien formó una relación amistosa. Ferro notó que Jorge tenía iniciativas, luego de que le propusiera cambiar los blindados porque habían quedado antiguos. El presidente aceptó la propuesta y la entidad pasó a trabajar con camionetas Ford 350 blindadas, que reunían todas las cualidades necesarias, mientras que los camiones antiguos fueron donados a la Municipalidad de Tres de Febrero.
La historia de Jorge dentro del banco culminó en 1976, cuando decidió renunciar con el objetivo de emprender otro camino. Presentó su renuncia al gerente general de personal, Oscar Parera. Además, expresó que la decisión que tomó fue la correcta.
También recordó las sensaciones que le dejó trabajar para el banco: “Mi paso por el Banco Cooperativo fue muy bueno; siempre fui en ascenso, pasé de trabajar en la maestranza a tener un cargo jerárquico y también me llevé relaciones que me hicieron crecer”.
El banco se fundó en 1932, estaba ubicado en la esquina de Urquiza y San Martín (donde a día de hoy se encuentra el Banco BBVA) y llegó a contar con 1200 empleados. Uno de los hitos de su historia es el Edificio Torre. En 1966 empezó la obra de la emblemática construcción, que fue diseñada y maquetada por el arquitecto Daniel Ramos y su esposa Beatriz Chávez. Duró 3 años. La “mole” había sido creada para ser ocupada exclusivamente por la entidad. Pero, luego lo que hicieron las autoridades fue vender 23 pisos, mientras que la empresa se quedó sólo con el primer piso.
Según recuerda Jorge Teruet, en esos tiempos el banco publicitaba en diarios nacionales como Clarín, llegó a ser uno de los bancos cooperativos más grandes de Latinoamérica e incluso se instaló en Estados Unidos. No obstante, malas administraciones generaron una deuda impagable y fue embargado hasta ser absorbido por otras entidades en los años ‘80.